lunes, 16 de noviembre de 2015

El Pozo y El pendulo - Allan Poe, y la historia real de Anacaona y Caonabo

En este texto, queremos mostrar que relación puede tener el cuento de Allan Poe, con Latinoamerica. 

Se distancia mucho el pasado de Latinoamerica, con este cuento?
Para comenzar, si hemos leído antes "El pozo y el péndulo" hacemos referencia a un prisionero durante la Inquisición española, el momento de represión y dolor que sufrió el pueblo español.  Si nos guiamos por ese contexto, Latinoamerica también tuvo un periodo largo de represión, dolor y miedo. En donde los aborígenes sufrieron esta etapa.
Hay una historia que se asemeja a la historia del poeta Allan Poe, y es sobre los aborígenes Anacaona y Bohechio.
Se distinguió por su belleza, inteligencia y talento para las poesías, memorizándolas para recitarlas en los areíto ante los otros aborígenes.
Cuando su hermano Bohechío murió, Anacaona gobernó el Cacicazgo de Jaragua en su lugar.
A la llegada a la isla de la expedición de Cristóbal Colón, en diciembre de 1492, Anacaona se distinguió por su curiosidad y gran admiración por los españoles, porque veía en aquellos hombres conocimientos diferentes a los de su comunidad. Pero los abusos que cometieron algunos de quienes quedaron en el Fuerte Navidad contra las mujeres hicieron que dejara de admirarles y les viera como una amenaza a combatir. Convenció entonces a Caonabo para que les exterminase. A su regreso, el 28 de noviembre de 1493, Colón encontró el fuerte destruido y sus 43 moradores asesinados.
Años después, el gobernador de la isla Nicolás de Ovando recibió la noticia de que Anacaona estaba tramando un plan contra los españoles. Entonces Ovando mandó decir a Anacaona que iba hacia Jaragua para una visita amistosa.
El gobernador llegó con más de trescientos cincuenta hombres y fue recibido con fiestas y bailes en un caney. Cuando todos estaban reunidos en la fiesta, los españoles prendieron fuego al caney.
En el momento del ataque algunos aborígenes lograron sacar a Anacaona del lugar. Entre los sobrevivientes que escaparon estaban su hija Higüemota; su sobrino Guarocuya, quien fue entregado a Fray Bartolomé de las Casas, quien lo cristianizó con el nombre de Enriquillo; Mencía, nieta de Anacaona y el líder tribal Hatuey, quien posteriormente escapó a Cuba y allí organizó la resistencia, pero fue capturado en batalla y muerto por orden de Diego Velázquez de Cuéllar.
Ovando ordenó una intensa búsqueda hasta lograr capturar a Anacaona, condenándola públicamente a la horca en 1503.


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